MASTITIS BOVINA

La mastitis o mamitis es una inflamación de la glándula mamaria, generalmente asociada a una infección intramamaria. La causan varios tipos de bacterias, como E. coli o Staphylococcus aureus, aunque también pueden provocarla algunas especies de hongos, levaduras y virus. Es una de las enfermedades más frecuentes en bovino de ordeño y también una de las que genera mayores pérdidas económicas en la industria láctea.

ESPECIES AFECTADAS

Bovinos

FACTORES DE RIESGO

Factores Genéticos

La selección genética de ciertas razas para aumentar la producción de leche ha demostrado tener un efecto perjudicial en la salud de la glándula mamaria.

Método de producción

La mastitis es un problema más común en rebaños de explotaciones intensivas que en las extensivas.

Propósito de la explotación

Las vacas de carne tienen menos incidencia de mastitis que las de leche, ya que sus ubres son vaciadas naturalmente por los terneros, reduciendo el daño mecánico a los pezones y las infecciones agudas.

Estructura de la Ubre

Las ubres con cuartos desigualmente desarrollados son más susceptibles a infecciones. La presencia de pezones largos y ubres pendulares aumenta el riesgo de mastitis debido a un mayor riesgo de daño.

Edad de las vacas

En vacas mayores, el canal del pezón es más ancho y puede permanecer parcialmente abierto, aumentando la susceptibilidad a infecciones.

Higiene

La falta de higiene en las instalaciones, en el equipamiento del ganadero y, sobre todo, en los mecanismos de ordeño, aumenta el riesgo de infección. El tipo de cama, la eliminación de purines, el tipo de vivienda y el hacinamiento también afectan la frecuencia de mastitis.

Período Seco

Durante este período se regeneran los tejidos glandulares de la ubre, por lo que es un momento en el que aumenta el riesgo de mastitis.

Condición física y alimentación de los animales

Las vacas lecheras de alta producción generalmente exhiben un balance energético negativo después del parto, lo que afecta a su sistema inmunológico y aumenta la susceptibilidad a enfermedades. La alimentación óptima durante el período seco y la lactancia temprana son cruciales.

Presencia de un elevado número de moscas

Las moscas pueden actuar como vectores de contagio de los patógenos causantes de mastitis.

TRANSMISIÓN DE LA MASTITIS

Las principales fuentes de contagio son el medio ambiente y el contacto directo con la glándula mamaria infectada, principalmente a través de las máquinas de ordeño, las manos de los empleados y las terneras que tienen contacto con las ubres infectadas. Existen varias vías de contagio dependiendo del patógeno implicado.

Patógenos contagiosos

Viven en la glándula mamaria y son transmitidos desde una vaca a otra. La transferencia ocurre por lo general en el momento del ordeño a través de la máquina de ordeñar, la manos del ordeñador o las toallas de limpieza de las ubres.

Patrógenos con doble comportamiento

Pueden vivir en la glándula mamaria o provenir del medio ambiente.

Patógenos ambientales

Provienen del medio ambiente de la vaca: cama, suelo, estiércol, bebederos, etc. La infección se produce por contacto de la ubre con el foco de contaminación.

SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LA MASTITIS
Cuando un patógeno invade la ubre y esta no produce la respuesta inmune necesaria para eliminarlo, se produce una inflamación de la glándula mamaria. La infección produce cambios en el tejido glandular que implican un incremento en la permeabilidad del tejido, derivando en alteraciones de la composición bioquímica de la leche (aumento de células somáticas).

Según la forma de contagio, distinguimos los siguientes tipos de mastitis:

Mastitis contagiosa

Causada por patógenos que viven en la piel o la ubre del animal y se transmite por contacto directo.

Mastitis ambiental

Causada por organismos presentes en el medio ambiente como E. coli que penetran en el canal del pezón cuando la vaca entra en contacto con un entorno contaminado. Los patógenos se encuentran normalmente en las heces, los materiales de la cama y los piensos.

Mastitis de verano o estival

Esta infección es más probable que ocurra cuando las vacas están en un entorno donde los pezones pueden ser fácilmente expuestos a daños y a una alta población de moscas. Causa una mastitis aguda que se da en vacas secas y novillas, y que causa daños extensos y dolorosos en la ubre. El cuarto infectado queda dañado permanentemente, y por lo tanto no volverá a producir leche en ese cuarterón. Los signos clínicos de la mastitis estival son un cuarto caliente, duro e hinchado, asociado a una secreción espesa y maloliente.

Según la gravedad de la mastitis, independientemente de su forma de contagio, diferenciamos entre:

Mastitis subclínica

La vaca parece sana, la ubre no muestra signos de inflamación y la leche parece normal. Sin embargo, en la leche se produce una alteración de las propiedades bioquímicas y aumenta del recuento de células somáticas (RCS).

Mastitis clínica

Presenta inflamación y dolor en la ubre, leche alterada (debido a la presencia de coágulos, descamación, suero descolorido e incluso sangre), fiebre, pulso acelerado, pérdida de apetito, disminución aguda de la producción de leche.

Mastitis crónica

El proceso inflamatorio se extiende durante meses y puede continuar de una lactancia a otra. Existe de forma subclínica pero puede presentar brotes clínicos periódicos que duran poco tiempo.

PRINCIPALES AGENTES CAUSALES DE LA MASTITIS

AGENTE CAUSAL
ORIGEN
TIPO DE MASTITIS

RECUENTO DE CÉLULAS SOMÁTICAS
(RCS)

E. coli

Ambiental
Mastitis colibacilar
Sobreaguda

Moderado

Staph. aureus

Ubre / piel

Subclínica / Clínica
Aguda o crónica

Alto o muy alto

Str. agalactiae

Ubre

Subclínica

Muy alto

Str. disgalactiae

Ubre / piel / ambiental
Clínica
Alto

Str. uberis

Ambiental / mala higiene

Subclínica

Alto

Str. pyogenes

Ambiental
Clínica

Alto

A. pyogenes

Ambiental

Mastitis clínica aguda o crónica

Muy alto

PÉRDIDAS ECONÓMICAS DERIVADAS DE LA MASTITIS

DESCARTES DE LECHE
SACRIFICIO DE ANIMALES

El alcance de las pérdidas económicas varía considerablemente de un país a otro, en función de factores como el precio de la leche y los costes de tratamiento o sustitución. A pesar de ello, se puede afirmar que es la enfermedad infecciosa que produce las mayores pérdidas económicas de las explotaciones lecheras a nivel mundial.

La mastitis afecta a casi la mitad de las vacas en algún momento de su vida, incluso en aquellas granjas con procedimientos higiénicos adecuados. Sin embargo, su prevalencia varía ampliamente de una explotación a otra.

Esta enfermedad causa entre un 40 y un 50 % de disminución en los márgenes económicos netos por vaca, con la mayor parte de estas pérdidas debidas al descenso en la cantidad de leche por lactancia.

Sobre todo en lo que respecta a los costes indirectos, los ganaderos suelen subestimar los costes de la mastitis, cuando en realidad suponen del 56 al 70% del coste total, mientras que los directos suponen del 30 al 44%.

Costes directos

  • Costes por diagnóstico y tratamiento: Cuantos más casos de mastitis se den en una explotación, más aumentarán los costes derivados de su detección (costes de laboratorio), tratamiento y servicios veterinarios.
  • Leche descartada: La leche con un alto RCS no puede ser consumida por el ser humano y debe descartarse.
  • Sacrificio de animales: La mastitis es una de las causas más comunes para el sacrificio de vacas.
  • Mano de obra: Las vacas con mastitis requieren mayores cuidados (unos 45 minutos más por vaca), que derivan en un mayor coste de la mano de obra.

Costes indirectos

  • Disminución de la producción de leche: La mastitis siempre resulta en una disminución de la producción de leche, que puede ser temporal o durar hasta el final del periodo de lactación. Las estimaciones de las pérdidas causadas por un menor rendimiento fluctúan de 100 a 500 kilogramos por vaca por lactancia. También hay que sumar la pérdida de producción por la duración de la eliminación del medicamento.
  • Disminución de la eficiencia reproductiva: Se suele dar incremento del intervalo entre el parto y la inseminación fecundante de entre 10 y 68 días en las vacas con mastitis.
  • Aumento de la tasa de reposición: Es 1,8 veces mayor que el de una vaca sana

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¿CÓMO CONTROLAR Y PREVENIR LA MASTITIS?
Prevención: La mejor solución

Debido a la resistencia a los antibióticos generada por algunos de los agentes causantes de la mastitis, estas son cada vez más difíciles de curar debido a la disminución de la eficacia de los tratamientos.

Por este motivo, se hace cada vez más importante el poder controlar y prevenir la aparición de la mastitis en el ganado mediante la reducción de la exposición de la ubre a los patógenos y la mejora de la defensa de la ubre.

Control

Las medidas de control de las bacterias que provocan las mamitis son muy difíciles ya que se encuentran diseminadas en el ambiente y algunas son contagiosas por contacto directo.

 

La higiene durante el ordeño es crucial para prevenir y combatir la mastitis infecciosa. La práctica de lavarse las manos antes del ordeño y el uso de guantes reduce el riesgo de mastitis subclínica en comparación con rebaños donde esta práctica no se sigue, probablemente debido a la mejor detección de suciedad en la ubre.

Buenas condiciones ambientales: La cama debe ser estar limpia, seca, caliente y ser lo más cómoda posible. Los cubículos deben estar correctamente dimensionados, permitiendo a la vaca echarse y levantarse sin dificultad, con un mínimo de uno por vaca y un espacio de al menos 10m²/vaca. Los bebederos, comederos y pasillos deben estar siempre limpios y se recomienda que haya un control activo de moscas para evitar que actúen como vectores.

 

Temperatura no muy elevada: En épocas de calor ambiental, se debe facilitar la disipación del calor de la vaca mediante un correcto diseño de las instalaciones y sistemas de ventiladores y aspersores.

 

Selección genética: Existen ciertas razas e individuos más resistentes a este tipo de infecciones.

Rutina de ordeno correcta e higiénica:
  • Preordeño: Para ser ordeñados, los pezones deben estar limpios, secos y bien estimulados. Antes de ordeñar se deben desinfectar y limpiar los pezones (predipping) y posteriormente no se debe tardar más de 90 segundos en colocar la unidad de ordeño.
  • Ordeño: La extracción debe realizarse en el menor tiempo posible, de manera uniforme y continua en los cuatro cuartos, evitando entradas de aire y sobreordeño.
  • Postordeño: Se deben desinfectar los pezones después del ordeño. Las vacas deben permanecer levantadas mientras se cierra el esfínter (40-45 minutos). Para ello deben disponer de comida fresca a la salida de la sala de ordeño.
Buena higiene y desinfección y bioseguridad: Se debe mantener una buena higiene y mantenimiento regular, tato de las instalaciones como, especialmente, del equipo de ordeño. El ordeñador debe usar guantes desechables, ya que los humanos somos un reservorio importante de microorganismos causantes de mastitis.

Eliminación de vacas con mastitis crónica: Las vacas con mastitis crónica son un reservorio de la infección que pueden propagar la mastitis por el resto del ganado.

Diagnóstico

Las pruebas diagnóstico son esenciales para controlar la mastitis, permitiendo una intervención temprana y efectiva para reducir las pérdidas económicas y mejorar la salud de las vacas lecheras:

Prueba del StripCup: Es un método muy sencillo para detectar mastitis clínica. Consiste en observar la leche de las primeras gotas de cada cuarto en un StripCup al comienzo del ordeño. La presencia de coágulos o secreciones serosas, sanguinolentas o acuosas indica la presencia de mastitis. Este método es muy rápido y puede ser llevado a cabo por cualquier persona.

 

Prueba de California (CMT): Es una prueba de tamizaje rápida y confiable para mastitis subclínicaS. Permite evaluar el nivel de infección en cada cuarto individualmente o en muestras de leche a granel. Se mezcla una pequeña cantidad de leche con la solución CMT en un soporte plástico. La reacción indica el conteo celular somático, determinando si es alto o bajo.

Citometría de Flujo (FC): Método avanzado para cuantificar el conteo celular somático en la leche, particularmente útil para detectar mastitis subclínicas. Este método mide las características físicas y químicas de las células o partículas a medida que pasan en suspensión frente a un punto de detección.

 

Método de Cultivo: Es el más seguro para diagnosticar mastitis, ya que permite aislar e identificar microorganismos patógenos presentes en la leche.

Vacunación

Una de las medidas de prevención más eficaces es reforzar la inmunidad de la vaca frente a la mastitis mediante la vacunación. La vacunación potencia la inmunidad de la ubre, logrando altas concentraciones de anticuerpos.

Las vacunas protegen contra algunos de los principales patógenos causantes de mastitis, aunque al ser una enfermedad multifactorial es complicado lograr una protección completa. Por este motivo es importante utilizar una vacuna de amplia cobertura para poder reducir al máximo la posibilidad de infección por parte de un patógeno causante de mastitis, reducir la gravedad y aumentar la tasa de curación, y combinar la vacunación con otras estrategias de prevención como las mencionadas anteriormente.

BIBLIOGRAFÍA

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LUIS MIGUEL JIMÉNEZ

Veterinario de Servet Talavera

Veterinario de Servet Talavera, es especialista en el control de mastitis y calidad de leche con más de 30 años de experiencia asesorando a explotaciones lácteas en España y Portugal. Es autor de trabajos científicos y artículos de divulgación sobre mastitis y ponente habitual en foros nacionales e internacionales.

Abordamos con él algunas recomendaciones para reducir la incidencia de las inflamaciones intramamarias a nivel de granja.

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